La Doble Nacionalidad: ¿Como Usarla?
Quienes cuentan con doble nacionalidad pueden aprovechar 
su pasaporte adicional para evitar tener que gestionar ciertas visas o para no ser tratados como extranjeros o turistas. Algunas claves para aprovechar estos beneficios.
Contar con dos pasaportes de distintas nacionalidades otorga algunas ventajas a la hora de viajar por el mundo.
La globalización y el gran avance de los medios y las comunicaciones han transformado a todas las personas en virtuales ciudadanos del mundo. Pero, en realidad, los verdaderos ciudadanos del mundo existen. Son las personas que gozan de los privilegios de tener un pie en cada continente. Muchas de ellas tienen abuelos o padres de otra nacionalidad y eso les permite tramitar, por adyacencia, otra ciudadanía (es decir, una nueva que se suma a la del país de origen).
Hay que tener en cuenta que no todos los países permiten la doble nacionalidad. Hay algunos en los que se debe dejar la ciudadanía de origen para lograr la nueva. La única política mundial fija, dada por leyes internacionales, permite que, por ejemplo, una persona posea documentos argentinos, españoles y hasta italianos al mismo tiempo. Sin embargo, algunos países –entre ellos, mucho de los árabes– no reconocen en sus leyes la múltiple o doble ciudadanía. Es decir, en estas naciones las opciones son sólo dos: o se es ciudadano o extranjero.
El hecho de ser ciudadano de la Unión Europea es un gran beneficio a la hora de viajar a este continente, ya que al ingresar como “local”, las filas en el aeropuerto son más cortas y las esperas para realizar los trámites de migraciones también. Al llegar a la mayoría de los aeropuertos del viejo continente, los viajeros son divididos en Comunidad Europea y Resto del Mundo, por lo que es preferible ingresar como “nacional”.
Además, las personas que son ciudadanos de la Unión Europea tienen el derecho de radicarse allí por tiempo indeterminado, quedando exentos de los 90 días que se les dan a los turistas. También pueden comprar propiedades sin tener que pagar los impuestos extra de los extranjeros.
El factor laboral ejerce un gran peso, ya que se puede acceder a trabajar legalmente en cualquiera de los países de la Unión y ganar sueldos acorde a la población europea. El ciudadano carga con todas las obligaciones cívicas y fiscales del Estado, al igual que cualquier nacido allí. El alto nivel de educación es un factor muy positivo, ya que se puede ingresar en las universidades con la tarifa de los europeos. Además, las becas académicas de algunos estados están destinadas, solamente, a los ciudadanos.
Por más que la persona no resida en su “segunda” patria, los beneficios y la ciudadanía se mantienen intactos y hasta se puede cederla a los hijos y cónyuge.
El uso de ambos pasaportes es a gusto y placer de cada persona, aunque lógicamente si se viaja a Europa se va a utilizar la documentación que acredite identidad allí, ya que brinda un cierto sentido de seguridad.
Las personas que residen en países como Argentina, en los que se necesita visa para entrar a Estados Unidos, pueden ingresar al país del norte prescindiendo de ésta y presentando, en cambio, su pasaporte de la Comunidad Europea, ya que Estados Unidos implementó un programa llamado Visa Waiver Program por el que los ciudadanos europeos no requieren visa para entrar al país.
Eso sí: al salir de la Argentina hay que hacerlo con el pasaporte local. No se puede usar el pasaporte europeo por que en éste no hay sello de entrada. Para gozar del beneficio de prescindir de la visa se debe usar el pasaporte europeo al entrar a Estados Unidos. El pasaporte argentino se guarda hasta la vuelta, para presentarlo al entrar nuevamente al país y tener ambos sellos, el de salida y entrada.
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